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La enfermedad de Crohn consiste en la inflamación crónica del tracto intestinal. Aunque puede afectar a cualquier parte del intestino es más habitual que afecta al intestino grueso o a la parte baja del intestino delgado. Puede provocar cólicos, diarrea, fiebre, pérdida de peso y otros problemas derivados. El tratamiento de elección es inicialmente farmacológico, con inmunodepresores como la 6-mercaptopurina y azatioprina.

A pesar de ello, es probable que la mayoría de los pacientes con enfermedad de Crohn deban someterse a la cirugía en algún momento por sus complicaciones. Aunque esta no elimina por completo la enfermedad, puede minimizar sus síntomas de forma duradera reduciendo la necesidad de medicación.