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Tratamiento

Radical:

En aquellos pacientes sin metástasis a distancia, se puede realizar cirugía para la extirpación del tumor. Si el tumor está en fase inicial y se ha detectado precozmente puede ser suficiente un método endoscópico para su extracción. Por el contrario, con tumores más avanzados, puede ser necesario recurrir a una esofagectomía total o subtotal, es decir, la extirpación total o parcial del esófago.Frecuentemente se combina con la radioquimioterapia neoadyuvante (previa a la cirugía).

En el caso del cáncer de esófago cervical el tratamiento de elección es la radioquimioterapia.

Paliativa:

Cuando el tratamiento radical no es posible, se aplican métodos paliativos para aliviar los síntomas del cáncer que permiten alimentar a los enfermos mediante endoprótesis esofágica o stents autoexpandibles.

También se utilizan otros procedimientos endoscópicos para mantener abierto el esófago y facilitar la deglución como la electrocoagulación y la coagulación con plasma de argón o láser.

Se trata de lesiones malignas que se originan en la mucosa del esófago. En función del tipo de célula maligna del que esté formado, podemos encontrar dos tipologías de tumor:

  1. Carcinomas escamosos. Formado por las células escamosas. Se sitúan normalmente en el tercio superior y medio del esófago y tienen menor incidencia.
  2. Adenocarcinoma. Formado por las células glandulares del esófago. Es más habitual encontrarlo en el tercio inferior y tiene una mayor incidencia.

Las manifestaciones suelen aparecer tardíamente, cuando se produce una importante estenosis (estrechamiento) de la abertura del esófago, también llamada luz del esófago, provocando dificultad o imposibilidad de tragar sólidos y posteriormente líquidos.

Diagnóstico

Endoscopia (esofagoscopia): es el método preferente de diagnóstico. Permite detectar lesiones de la mucosa, ulceraciones, pólipos endoluminales, rigidez de la pared esofágica causada por infiltración o estenosis (estrechamiento) de la luz del esófago. Permite tomar muestras para estudio anatomopatológico.

Ecografía transesofágica (ecoendoscopia,): permite valorar el nivel de penetración del tumor en la pared del esófago y estructuras adyacentes, evaluar la afectación ganglionar regional, así como guiar la biopsia con aguja fina de las adenopatías.

Radiografía con contraste (esofagograma): método complementario, útil sobre todo en casos de estenosis que imposibilitan la endoscopia. Es útil para planificar la cirugía.

Otros estudios de imagen: la TAC, la ecografía o la PET sirven para determinar el estadio de la enfermedad.

En vista de una etiología común y de una frecuente coexistencia de carcinomas escamosos de cabeza y cuello debería valorarse la realización de una broncoscopia y  laringoscopia.